En los tiempos que corren, raro es el que no tiene un perfil en una red social (llámese Facebook, Twitter, Whatsapp, etc.). Lo cierto es que la mayoría nos encontramos conectados a lo largo de todo el día. Un buen uso de las mismas nos aporta una gran variedad de beneficios, pero ¿realmente hacemos un buen uso?
Quién no conoce a alguien que no
se pase todo el rato con el móvil en la mano, sin ser capaz de apartar la vista
del mismo.
Parece que últimamente nos hemos acostumbrado a estar totalmente
pendientes de nuestro móvil, tanto en momentos adecuados (estando en casa, en
un bar…) como en los menos oportunos (conduciendo, en el trabajo…). Así,
incluso nos cuesta imaginarnos un mundo sin estos medios, pero cuidado, un mal
uso de éstas puede resultarnos perjudicial.
Según los profesionales, un uso
anormal en cuanto a la intensidad y la frecuencia del uso de las redes sociales
se refiere, puede llegar a alterar nuestra vida cotidiana y el disfrute de
muchas de sus facetas. Además, señalan a los jóvenes y adolescentes como las
víctimas ideales para caer en este tipo de abuso.
- Inquietud y nerviosismo.
- Alteraciones en el estado de ánimo.
- Deterioro del entorno familiar y social.
- Falta de concentración.
- Problemas de sueño.
- Bajo rendimiento escolar o laboral.
No obstante, cabe destacar que un
buen uso de las redes sociales nos aporta grandes beneficios. Es indudable que
nos facilita muchísimo el contacto, la comunicación y la recogida de
información de diversas fuentes. Además,
optimiza nuestra atención y, como consecuencia, mejorar nuestro rendimiento.
De esta manera, y para evitar un
mal uso de las redes sociales, os recomendamos una serie de consejos que os
ayudarán a sacarles todo el jugo:
- Limitar el uso de móviles, tablets u ordenadores.
- Establecer unos horarios definidos para su uso.
- Fomentar actividades de ocio al margen del uso de las redes sociales.
- Llevar a cabo actividades grupales (hacer deporte, quedar con amigos, etc.).
- Potenciar la comunicación y el diálogo, tanto en familia como con amigos.
Álvaro Herrero Vadillo
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